Viste la garra que araña jodidas explicaciones.
Doncellas adornan de luces sus sueños y barcas trasladan al mundo de sus silencios.
Viste sus ojos rojos de sarmiento. Tú eres su cría, irreprochables tus vástagas intenciones.
Tú, su manera de sangre, hermanamiento perpetuo de ejecuciones futuras.
Tu roce es un alma cándida que vomita las digestiones pesadas de ensoñaciones de delirio.
Esculpe su alma y mantén tu cuerpo.
Viste la puerta destruida y sus sonrisas te agarren y como horca caigan sobre los cráneos indefensos.
Desgarra el futuro antes de que las ramas queden desnudas y sean suerte de aves de carroña.
Esa nariz que insinúa estados febriles, guárdala, que no resfríe.