Las cicatrices del hígado marcaron una etapa en sus relaciones.
Alguna vez, en su eterna masculinidad , halló la razón por la que las mujeres lo encontraban encantador. Era la respuesta biológica a tantos rechazos que llegaron en momentos inoportunos.
No es el corazón el que sufre sino el órgano más vital de todos.
Los aperitivos son la causa principal de la mayoría de las rupturas y gran parte de los nuevos encuentros.
Comienzan con un bermú y terminan en domingo.
Durante ese trayecto el corazón carece de iniciativa y es bajo las costillas del lado derecho donde surge toda la actividad amorosa.
No hay nada más cariñoso que ofrecer tardes de resaca a cambio de una bebida espirituosa con otros amores hígados.
Sin duda es un acto de altruismo y empatía como ninguno.
El lunes puede ser un mal día sobre todo porque durante tal manifestación de sentimientos suele extraviarse alguna neurona.
Pasados los años era de obligado cumplimiento cambiar el órgano con el que amar y se centró en el cerebro. Sus relaciones se volvieron mas sesudas y racionales. Pasaba largos días jugando al ajedrez y sin proponérselo le afloraba una sonrisa pícara cuando le comían un alfil.